Desde que acabé mis estudios de escenografía y dirección artística no había vuelto a tener contacto creativo con el séptimo arte, y este proyecto ha servido para recordar todo aquel mundo y tener una excusa para ponerme detrás de la cámara. Y la verdad es que a uno le pica el gusanillo y le dan ganas de continuar con nuevos proyectos, pese al esfuerzo que supone llevarlos a cabo.
Pese a que el resultado pueda estar bien o mal, de lo que más he disfrutado ha sido del proceso. Un proceso que da la oportunidad de conocer un puñado de fenomenales personas y que permite una interesante retroalimentación. Muchas gracias a todos aquellos que, en mayor o menor medida, han contribuido a llevar a cabo este "cortometraje".
Y como buen director artístico, me tomé mi tiempo en buscar buenas localizaciones y en realizar los bocetos de vestuario, así como los Storyboards de toda la grabación. Deformación profesional... ;)